lunes, 10 de enero de 2011

¡No pises a las hormigas!

Pasas la vida andando de un sitio para otro sin apenas mirar el suelo o el cielo. Especialmente bajo tus pies ocurren infinidad de acontecimientos que pasan inadvertidos en la mayor parte de los casos. No es que no seas consciente de ello, es únicamente que vas por la vida prestando atención a lo que tienes inmediatamente delante de tu nariz. Las hormigas son víctimas de esa actitud tan descuidada, ¿tal vez, por lo pequeñas que son? Yo no lo creo así, esto ocurre porque no actúas con el respeto que se merecen. Tal vez piensas, "como hay muchas, qué importa que pise unas pocas" ó "¡qué asco de bichos, están por todas partes!"... Muchas son las excusas que podrías buscar para no sentirte mal después de semejante atropello. Curiosamente el asunto de las hormigas no es un caso aislado en tu vida. Hay otras hormigas que descuidas a diario. Una crítica a otra persona, un prejuicio, la ausencia de palabras amables y la presencia de un lenguaje altamente violento, un simple pensamiento negativo, las especulaciones y un largo etc. de actos que realizamos a diario. Por supuesto tú también eres víctima de ti mismo. ¿No recuerdas acaso que tienes un ser humano a tu cargo? Cuídalo, respétalo y condúcelo por la vida con todo el amor que se merece, es un ser desvalido que necesita de tu guía para caminar por esta experiencia. Analiza escrupulosamente cada acto de tu vida, trata de ser impecable en cada acción. Cada vez que te descubras a ti mismo en un fallo repréndete con amor y continúa caminando. No es un proceso inmediato, exige mucha atención por tu parte, pero a su vez es sencillo. Perseverando descubrirás como es posible acercarse mucho a la felicidad. Eso lo puedo asegurar por propia experiencia. Merece la pena intentarlo. Además es muy probable que en el camino descubras otra forma de amar...

Recuerda: ¡no pises a las hormigas!

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